jueves, diciembre 30, 2010

Crónica del IV Simposio de Bandoleros en la Patagonia
"Homenaje a Don Raúl Cea"

Cien años después, descendientes de bandoleros, policías y vecinos de la región cordillerana que frecuentaron la cabaña de Butch, Sundance y Ethel, se reunieron en Cholila, para compartir historia de cuando los bandoleros anduvieron por allí, en el marco del IV Simposio de Bandoleros en la Patagonia.

Retratos del trío ubicados detrás de los expositores, fueron testigos de cada una de las aventuras que revivieron descendientes, historiadores y aficionados al tema en una mezcla interesante de sensaciones, no ajenas de picardía y muchos ingredientes de leyenda.

La previa del IV Simposio de Bandoleros comenzó en Boliche Viejo, ubicado en Nahuel Huapi, en la naciente del Limay, muy cerca de Bariloche. El boliche fue propiedad de Jarred Jones, y era el paso obligado de todos los viajeros. En los libros de almacén figuran las compras efectuadas por Ryan y Place, seudónimos con los que Butch y Sundance se hacían llamar en la región.

El boliche es el punto de partida de la Ruta de los Bandoleros, que con diversos sitios históricos que la jalonan, une dicho paraje con Río Pico, en plena cordillera chubutense.

El jueves 14 de noviembre de 2007 llegaron allí el sobrino bisnieto del Sundance Kid, Paul Ernst, y su esposa Donna, autora del libro “Sundance my uncle”; junto con los especialistas en la historia de Butch Cassidy, Daniel Buck y Anne Meadows de Washington; y el inglés Mike Bell, proveniente de Birmingham, Inglaterra.

El simposio, realizado en homenaje a la tarea de Raúl Cea, historiador cholilero cuyo padre conoció a los famosos bandoleros, se abrió con una muestra fotografíca a cargo de su hija, Inés Cea, y de Franco Pertini de Puerto Madryn.

La primera presentación (El sendero de Sundance, desde Pennsylvania a Cholila) fue la del sobrino bisnieto del Sundance, Paul Ernst, y su esposa Donna, quienes mostraron fotografías de la familia y exhibieron una exhaustiva búsqueda de documentos en varios viajes por los que desandaron los pasos de su antepasado.

El público presente se sorprendió cuando relataron que ellos descubrieron su vinculación familiar con el Sundance Kid recién siete años después de la película protagonizada por Paul Newman y Robert Redford. La revelación ocurrió en una cena en la iglesia del pueblo, cuando una señora se levantó de la mesa y le dijo al padre de Paul que no se sentaba en la misma mesa de familiares de un bandolero. Fue entonces cuando comenzaron a investigar y dieron con las cartas que el Sundance le había enviado envió a su hermana desde la Patagonia.

Mike Bell de Birmingham, quien se confesó obsesivo investigador de la historia desde los 13 años en que vio la película protagonizada por Paul Newman y Robert Redford. Mike expuso su investigación “The Winnemucca Bank Robery: Sundance tells the tale from South America”, basada en archivos de los diarios de la época e ilustrada con valiosas fotografías de archivo y de sus cabalgatas y viajes realizados siguiendo los caminos utilizados por los asaltantes.
Un artículo publicado por el periódico Buenos Aires Standard en 1912, da detalles del robo los que habrían sido brindados nada menos que por el propio Sundance Kid antes de su muerte en Bolivia. Estos datos le permitieron a Bell concluir que los autores del famoso robo del Banco de Winnemuca, Nevada, no pudieron ser otros que Butch Cassidy y Sundance Kid, lo cual no estaba totalmente probado hasta el presente.

El periodista y escritor de El Bolsón, Juan Domingo Matamala, expuso “Martín Sheffield, ¿un Sheriff, mito o leyenda?”, sobre los interrogantes que la tradición oral convirtió en leyenda sobre la historia del mítico Martin Sheffield, un muy atractivo personaje, colono norteamericano, arriero y buscador de oro, que llegó a la Patagonia diciendo ser sheriff en su país, algo que aún no puede ser probado; destacándose entre el público la presencia de un nieto de Don Martin, Carlos Sheffield.

Izq a Der: Carlos Sheffield, Mike Bell y Juan Matamala durante el asado ofrecido por la Municipalidad de Cholila.
Previo a la exhibición del documental de la productora ANIMA, se desarrolló la primer mesa redonda con Carlos Ferrari, el autor del libro “El riflero de Ffos Halen” y el historiador norteamericano Daniel Buck, los que intercambiaron visiones sobre las atractivas personalidades de estos personajes que hicieron que sus aventuras sobrevivan en el tiempo y se conviertan en leyendas que traspasan las fronteras.
La primera salida de campo fue a la legendaria cabaña de Cholila donde vivieron entre 1901 y 1905. El río Blanco bordea la cabaña custodiada por las montañas por detrás.
Descendientes de los primeros colonos de Cholila, el sobrino bisnieto del Sundance y los historiadores se divirtieron con hipótesis e historias mientras recorrieron entre anécdotas cada rincón del lugar.













Mike Bell y Donna Ernst (autora de Sundance My Uncle) posando frente a la cabaña de Cholila.
El segundo día de Simposio comenzó con la conferencia de la historiadora chilena Danka Ivanoff, de Chile Chico, Aisén, una tierra colonizada por chilenos que durante años vivieron en Argentina, la que no ha estado exenta del embrujo de la historia de los famosos. Muchos de los colonos de Aisén radicados en Lago Verde, Valle Simpson y Balmaceda, que llegaron en los albores del siglo XX, dejaron testimonios de la presencia de bandoleros yankis que Danka recogió en su trabajo “La Leyenda de Butch y Sundance en la Patagonia Chilena”, dando pie a lo que puede ser una historia real o una leyenda. Hay muchos testimonios que hablan de su presencia en la zona del lago General Carrera (Buenos Aires) y bien mirado este era un lugar ideal para esconderse. Danka concluyó que no puede aseverarse fehacientemente que Butch y Sundance estuvieron en su región, pero señaló que todavía hay demasiados cabos sueltos en esta historia, lo que le permite mantener la duda sobre el final de estos personajes y pensar de que efectivamente ellos estuvieron en el lugar, en una fecha entre 1908 a 1911, que es cuando sus rastros se pierden definitivamente en Aisén.


Nancy Humphreys (izq) y Danka Ivanoff (der), compartiendo unumpo de los. almuerzos del simposio

Continuó con la exposición Nancy Humphreys, quien presentó "La participación del Comisario Eduardo Humphreys, de la Colonia 16 de Octubre en los sucesos y sus consecuencias", un ferviente alegato en favor de su abuelo, Eduardo Humphreys, uno de los miembros más conspicuos de la Colonia Galesa del Chubut, y comisario de la Colonia16 de Octubre en la época de los bandoleros.

El objetivo de Nancy fue reivindicar la labor de su abuelo ante los acertos de algunos autores y filmes que sólo lo recuerdan como quien, por estar enamorado de Ethel, les avisó a los norteamericanos que eran buscados por el gobierno y debían escapar. Razón por la que habría renunciado a su cargo.

La autora de Calon Lan realizó una semblanza de la vida de Humphreys, su lucha ética en defensa de los derechos humanos de los aborígenes y los presos, situación que según su perspectiva, lo enfrentó con la posición de las autoridades nacionales, las que utilizaron la fuga de Butch Cassidy, Sundance Kid y su compañera Ehtel, como buen pretexto para tomar revancha y exonerarlo en lugar de aceptar su renuncia indeclinable. Pruebas sustraidas, preguntas sin respuestas sobre su actuación posterior ya sin el cargo oficial y sin cobrar sueldos, fueron esgrimidos por la nieta del ex comisario.

A su turno, Marcelo Gavirati, quien presento durante el Simposio la 3ra edición de su libro “Buscados en la Patagonia”, relató en su trabajo "Butch & Sundace: Fugitivos de la ley, y ¿también de la historia?" cómo, durante su investigación, fue hallando las pistas que lo guiaron tras los pasos de los bandidos: testimonios de los viejos pobladores, fotografías, mapas, construcciones, boletos de marcas, documentos públicos y privados, como registros y misivas, y el famoso expediente de más de 500 fojas, que hoy descansa en la caja fuerte de la Biblioteca Agustín Alvarez de Trelew.

Tal vez la revelación más impactante de Gavirati fue señalar la existencia de otra cabaña perteneciente a Butch Cassidy. Dicha cabaña, que se observa en las fotografías históricas, estaba ubicada detrás de la que actualmente se conoce, y según dijo el historiador madrynense, se habría removido de su ubicación original a otro lugar de Cholila.

Gavirati concluyó sobre la necesidad de conservar ambas cabañas, no sólo porque allí vivieron los bandoleros, sino porque además son parte del patrimonio histórico del Chubut, ya que fueron escenario del primero pedido de tierras de Cholila, residencia transitoria del gobernador Lezana y centro de reunión de pioneros galeses, ingleses, norteamericanos, chilenos y de otras nacionalidades que poblaron la región a principios del siglo pasado.

La segunda mesa redonda compuesta por el mismo Gavirati, el norteamericano Daniel Buck y Osvaldo Aguirre, escritor y periodista de Rosario, autor del libro “La pandilla salvaje” buscaron llegar juntos a conclusiones sobre porqué el trío abandona Cholila y vuelve al mundo del delito. Aguirre además cubrió el evento para el suplemento cultural del diario La Capital, de Rosario.

Para finalizar la segunda jornada, se exhibió el documental de la TV Galesa filmado en la región con muchos de los descendientes de los protagonistas y pobladores, emitido por esta cadena en 1999. El domingo la salida fue a El Bolsón, donde se almorzó en el Restaurante Martin Sheffield, y al Museo Leleque, ubicado en tierras de la Compañía de Tierras del Sud Argentino, con la que el trío comerciaba ganado y se abastecía de mercancía en su almacén de ramos generales.

Osvaldo Aguirre (2do izq), Daniel Buck y Mike Bell (der) en el Restaurante Carlos Sheffield, Carlos Ferrari (izq), Juan Matamala en la cabecera;
Martin Sheffield de El Bolsón. Donna y Paul Ernst (der), en Restaurante Sheffield.de El Bolsón.


El cierre de las exposiciones fue para la pareja de historiadores norteamericanos Daniel Buck y Anne Meadows, quienes narraron en su trabajo “The final days of Butch and Sundance: their life in Bolivia, 1906-1908” la historia de los últimos días de Butch y Sundance hasta su muerte en Bolivia, basándose para ello en testimonios de testigos que los conocieron, cartas de Butch fechadas en aquel país y hasta una fotografía de ambos bandidos cuando trabajaban para una compañía minera en el país del altiplano.

Anne Meadows, Dan Buck y la interprete Diana Visintini.
El encuentro concluyo con un foro del que participaron investigadores y participanes del evento que llegaron a Cholila de diversas partes del país y del exterior, concluyendo en general que cuantas más certezas se encuentran, más son las preguntas que surgen sobre una época no tan lejana y que mucho tiene que ver con todos los que habitamos esta región.

Asi concluyo el encuentro que conto con participantes de lujo, interesantes exposiciones y un clima de intercambio entre los diversos investigadores y participanes que seguramente se potenciará en el próximo Simposio.

Marcelo Gavirati, Daniel Buck, el Maestro de Ceremonias y Mike Bell

Izq a Der: Veronica y Carlos Ferrari, Diana Visintini, Juan Matamala, el representante de la Casa del Chubut en Buenos Aires y Juanjo Peres de Acampar, confraternizando durante el asado.

Luego de finalizado el evento, Paul Ernst, y su esposa Donna, recorrieron Esquel, Gaiman y Trelew, donde se alojaron en el Hotel Touring Club, a cuyos fondos todavía se encuentran las habitaciones en las que, en 1903, pernoctara su antepasado acompañado de la bella Ethel.

Al día siguiente pasaron por Puerto Madryn para cenar en el restaurante del Club Náutico Atlántico Sud, ubicado donde hace un siglo se encontraba ubicado el viejo muelle que utilizaron Butch, Sundance y Ethel en sus viajes.


Comité Organizador:Jimena Marranghello: cholila_sur@hotmail.com
Marcelo Gavirati: marcelo_gavirati@yahoo.com.ar (actualizado 2019)
Encargada de Prensa
Verónica Contreras, La Bitácora Patagónica
Más Información sobre el Simposio en (vínculos actualmente inactivos)
“Ruta de los Bandoleros”
Listado de Actividades
Programa de Actividades
Resumenes de las conferencias
Perfil de los Invitados
Exhibición y Venta de Libros Patagónicos de Patagonia Sur Libros

Entidades Organizadoras:Municipalidad de Cholila
Centro de Estudios Históricos y Sociales de Puerto Madryn
Fundación Ameghino
Editorial La Bitácora Patagónica
Patagonia Sur Libros
Entidades Auspiciantes:Secretaría de de Cultura de la Provincia del Chubut
Subsecretaría de Turismo y Areas Protegidas de Cultura de la Provincia del Chubut

Comité Organizador:Jimena Marranghello: cholila_sur@hotmail.com
Marcelo Gavirati: gavirati@puertomadryn.com

PrensaVerónica Contreras labitacora@speedy.com.ar
Pablo Gavirati pabloxv@hotmail.com

Colaboradores de la OrganizaciónMario Pazos: mariopazos2000@yahoo.com.ar
Diana Visentini: megadiana@gmail.com
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lunes, octubre 30, 2006

Marcelo Gavirati.
Cómo escribí Buscados en la Patagonia.
Las andanzas de los bandoleros norteamericanos en nuestra Patagonia de principios de siglo fueron recogidas por numerosos relatos de viejos pobladores y reproducidas a través de la tradición oral. Viejas familias patagónicas como los Hammond, los Gibbon, los Freeman, los Pugh, los Hahn, atesoran recuerdos y anécdotas de los mismos a través de relatos retransmitidos por sus mayores. Pero fue sin duda, don Raúl Cea, el mayor cultor de su memoria, a través de los vívidos recuerdos que le transmitiera su padre, don Maunel J. Cea, quien siendo un jovencito de pocos años conociera a los bandidos.
La historia de los bandoleros también nos llegó en forma escrita a través de varios artículos aparecidas en diarios y revistas de la época, no sólo en nuestro país, sino también en los EE.UU. ¿Quién no conoce en Patagonia la saga de Caillet Bois editada en el Número especial Bodas de Plata del periódico Esquel en 1950?
La famosa película realizada por Holywood en 1969, protagonizada por Paul Newman en el papel de Butch Cassidy, Robert Redford en el del Sundance Kid y Katharine Ross en el de la bellí­sima Ethel Place —aunque en la película se la rebautizó como Etta—, catapultó al trío a la fama con un halo de simpa­tía, desenfado y romanticismo.
Pero en la versión cinematográfica de la Fox, cuando Butch, Sundance y Ethel , deciden abandonar los EE.UU. para burlar el cerco tendido por sus perseguidores, se los hace viajar directamente desde Nueva York hasta un ignoto pueblito boliviano, ignorándose por completo su paso por la Patagonia.

En la década del '70, a favor de la fama internacional alcanza­da por el film, algunos artículos periodísticos trataron de echar luz sobre el cono de sombras, y de dudas, en el que Hollywood había sumido al paso de los famosos bandoleros por la Patagonia, basándose en aquellos viejos relatos, los que, con el correr del tiempo y la desaparición de los últimos testigos contemporáneos a los hechos, se iban tornando borrosos y en muchos casos contradicto­rios entre sí. La historia se les deshilachaba entre las manos y era muy difícil armar las piezas del rompecabezas.
Al llegar a Patagonia en 1994, nos interesamos por el tema a raíz de una investiga­ción sobre la obra del explorador, geógrafo e ingeniero galés, LLwyd Ap Iwan, el que fue asesinado el 29 de diciembre de 1909, durante el asalto a la Compañía Mercantil de Arroyo Pescado, cometi­do por los bandoleros norteamericanos William Wilson y Roberto Evans, los que para algunos autores no son otros que Butch Cassidy y Sundance Kid.
Decididos a averiguar si esto era así, nos pusimos en contacto epistolar con Daniel Buck y Anne Meadows, investigadores independientes, residentes en Washington, U. S. A., dos de los mayores especialistas en las andanzas del trío en América del Norte y del Sur, y autores de numerosos artículos sobre el tema.
Ellos nos proporcionaron la pista acerca de la existencia de un expediente sobre Wilson y Evans, el que habían tratado infruc­tuosamente de conseguir. Según me contaron el expediente había sido salvado por el juez federal Godoy de la fogata a la que fueron a parar buena parte de los archi­vos de la justicia federal de Rawson durante la década del 70, por la orden insensata de funcionarios superiores de la dictadura militar que gobernaba al país.
Si bien Godoy lo había salvado de la hoguera, podría decirse que durante los veinticinco años siguientes el valioso expediente había estado técnicamente perdido, pasando peligrosamente de mano en mano, ya que el juez Godoy lo había prestado al Dr. José Romero, un conocido abogado penalista de Trelew, quien a su vez se lo había facilitado a Giuliani, un periodista del diario Jornada, y éste a su vez a otro colega.
Movidos por el deseo de develar el mito, decidimos continuar la búsqueda iniciada por nuestros colegas norteamericanos y después de algunos meses de viajar a Trelew, golpear puertas y efectuar llamados, dimos finalmente con el expe­diente "perdido", al que pudimos tener acceso gracias al mencionado Dr. Romero.
EL EXPEDIENTE
El expediente en cuestión se había originado en el año 1911 a raíz del secuestro del estanciero Lucio Ramos Otero a manos de otros do bandidos norteamericanos que habían actuado en Patagonia: Roberto Evans y William Wilson, acompañados por el argentino Mansel Gibbon.
Al cuerpo principal del expediene se habían agregado otros dos expedientes: el originado por la muerte de Wilson y Evans y el iniciado por la querella presentada por Ramos Otero. El conjunto había llegado a contar más de quinientas cuarenta fojas, las que leímos con la avidez que producía nuestra curiosidad y la inquietud de estar frente a una fuente que podía resolver el misterio de estos enigmáticos personajes.Para nuestra suerte, al avanzar la lectura descubrimos que los sumariantes de la Policía Fronteriza habían ampliado la pesquisa acerca del accionar delictivo de Wilson y Evans en 1911 y retrotraido la investigación hasta la llegada al país de Butch, Sundance y Ethel en 1901.
Ante nuestros incrédulos ojos fueron apareciendo testimonios sobre Butch Cassidy y el Sundance Kid, hasta encontrarnos, para nuestro asombro, con algunas cartas escritas y firmadas de puño y letra por el primero de éstos.También pudimos comprobar que el grueso de la valiosa información, fundamental a la hora de recrear este capítulo de la historia de la Patagonia, permanecía inédita, como si hubiese pasado inadvertida para sus circunstanciales poseedores, durante los veinticinco años en que el expediente estuvo "perdido".
Hicimos una copia del mismo y se lo envíamos a Dan y Anne en Washington, los que no salían de su sorpresa al recibir el voluminoso envío, parte del torrente de información que corrió desde entonces entre Washington y Purto Madryn.
Durante los años que siguieron al hallazgo del expediente, fuimos incorporando otros documentos, muy importantes también. En el IAC (Instituto Autárquico de Colonización y Fomento Rural de la Provincia del Chubut) hallamos los pedidos originales de tierra; en el Archivo General de la Nación, encontramos el expediente sobre la exoneración del Comisario Eduardo Humphreys, acusado de haberle facilitado la huida a Butch Cassidy y el Sundance Kid; en el Archivo de la Provincia del Chubut pedidos de marca de ganado firmados por el Sundance Kid; en el del Museo de la Policía del Chubut libros de partes diarios; en los archivos de la Compañía de Tierras Sud Argentino varios libros y correspondencia comercial en la que aparecían sus relaciones con la citada compañía.
La investigación fue completada con diarios y revistas de la época, relatos transmitidos en forma oral que recogimos en entrevistas realizadas a descendientes de protagonistas o testigos directos de la historia y la visita de cada uno de los sitios en los que estuvieron los bandidos.
Movidos por la curiosidad y la necesidad de compartir información organizamos en 1997, 1999 y 2005 los Simposios sobre Bandoleros Norteamericancos en la Patagonia, en Esquel, Trevelin y Buenos Aires, respectivamente. http://webs.advance.com.ar/gavirati/3er_Simposio.htmEn ellos participaron, Daniel Buck y Anne Meadows de Washington, Raúl Cea de Cholila, Ricardo Vallmitjana de Bariloche, Héctor Garzonio de Esquel, Osvaldo Topcic de Río Gallegos, Danka Ivanoff Wellmann de Chile Chico y Clemente Dumrauf de Trelew.
Con muchos de ellos hemos trabado amistad y continúa fluyendo información por nuestro continuo interés en resolver los entretelones de esta leyenda. Es por ello que iniciamos este blog para poder conectarnos más fluidamente y dar lugar a su vez a otros interesados en la historia de las bandoleros norteamericanos en la Patagonia de comienzos del siglo XX.
Marcelo Gavirati
autor de Buscados en la Patagonia
http://webs.advance.com.ar/gavirati/Buscados_Patagonia.htm